domingo, 20 de enero de 2013

El fenómeno hooligan




La violencia en el fútbol no es algo nuevo. Ya he comentado que en los aztecas asesinaban a los capitanes de los equipos de “fútbol” que perdían. Y que durante la Edad Media el “fútbol” fue prohibido por la violencia que desataba. Por lo tanto, los tiempos modernos no iban a escapar a esta violencia. Lo único que ha cambiado es que esa violencia se ha organizado, se le ha puesto nombre, se le han aplicado medidas represoras por parte de las autoridades y se ha estudiado por los “expertos”.

El fenómeno de la violencia en el fútbol se conoce como “hooligan”, teniendo el término su origen en Inglaterra, aunque no está clarificado. Muchos apuntan a que derivan de un apellido, “Hooligan” o “Houlihan”, asociado a un delincuente inglés del Southwark londinense llamado Patrick Hooligan. Otros apuntan al mismo barrio londinense como foco del origen del término hooligan, pero en este caso asociado a una familia irlandesa de pésima reputación en dicho barrio y que también se apellidaban “Hooligan”. También son otros los que afirman que el término tiene su origen en residentes irlandeses en Londres, pero en este caso englobados en una banda callejera denominada “Hooley”.

El primer episodio de “violencia hooligan” conocido dentro del fútbol moderno se cita en el partido celebrado entre el Preston y el Aston Villa, en 1885, a cuyo término llevó a los seguidores de ambos equipos a enfrentarse armados con palos y diversos utensilios.

Sea cual fuese su origen y la fecha del primer episodio de violencia hooligan, el término comienza a popularizarse a comienzo de la década de los 60, aunque no vinculado exclusivamente al mundo del fútbol sino a una parte de la juventud, para pasar a definir a los miembros de los grupos violentos ligados a los campos de fútbol en la década de los 70.

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