domingo, 13 de enero de 2013

La tragedia de Hillsborough todavía continúa. Parte II



El informe de la Comisión Independiente precisa ahora que nada menos que 164 declaraciones fueron alteradas 'en forma significativa', mientras que 116 comentarios desfavorables a la policía fueron extirpados de los testimonios.
A pesar de todas las evidencias surgidas en relación con el encubrimiento y la incompetencia e imprevisión original, ninguna autoridad policial o municipal aceptó responsabilidad ni fue procesada o castigada por lo ocurrido.

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El primer ministro anunció ante el Parlamento que el Procurador General, Dominic Grieve, tomará en breve una decisión para solicitar a los tribunales la revisión de la instrucción y el veredicto originales.
También se disculpó ante los familiares de las víctimas, que sufrieron 'una doble injusticia': el fracaso del Estado en protegerlos y la acusación de ser los responsables.
Este caso ha conmovido hasta los cimientos a la sociedad y el establishmentbritánicos, tanto por el elevado número de víctimas, muchos de ellos jóvenes y niños, como por el cinismo del posterior encubrimiento, que afecta el prestigio de la policía, una institución que aquí no tiene una imagen tan mala como en muchos otros países.

También fue en su momento uno de los desencadenantes de la modernización de los estadios británicos, ya que resultó evidente que la vetustez de las instalaciones y del acceso a las tribunas contribuyó a elevar el número de víctimas.
Y ya se sabe que la modernización de los estadios fue paralela a la acción contra los vándalos, uno de los problemas sociales más graves de la época.

Es cierto que en 1989 la seguridad en el estadio del Sheffield Wednesday no llenaba los requisitos que ahora se consideran mínimos; también es cierto que los vándalos existían entonces y que su irresponsabilidad y violencia eran vergonzosas pero ya es oficial que esos factores no fueron determinantes.
La principal responsable del desastre, por incompetencia profesional primero, y por un vergonzoso encubrimiento después, fue la policía de South Yorkshire.

Es este el dictamen al que ha arribado, tras 23 años de dilaciones, el sistema social y político británico.
Queda por verse cual será el camino que ahora tomen el Procurador y los tribunales. Los familiares de las víctimas no se conformarán con que les hayan dado la razón: ahora querrán que se procese y condene a los verdaderos culpables.

Pero ese es un proceso aparte, que todavía no ha comenzado

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